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La Articulación Feminista de Redes Locales y el Centro de Estudios de la Mujer Honduras ante el intento de elevar a rango constitucional la Policía Militar, nos expresamos en los siguientes términos:
1. Los cuerpos armados en cualquier país del mundo sólo han servido para derramar sangre y crear dolor en las familias. Cuando los gobiernos crean acciones desbordadas tendientes a la militarización no construyen libertad ni dan seguridad a sus ciudadanos y ciudadanas, la libertad y la seguridad de un país se forja con el esfuerzo de todos y todas, creando oportunidades a todas las poblaciones para puedan vivir en paz y armonía sin que les falte educación, salud, recreación y justicia. Uno de los grandes logros del siglo XX fue el triunfo de la civilidad sobre el militarismo, lo que significó en esta nuestra Honduras, la desmilitarización de la institucionalidad y la sociedad.
2. Para que exista la democracia no es necesario imponerse con policías militares, sino más bien, conciliar entre los diversos intereses y demandas de la población que existen en una sociedad como la de Honduras. Cuando en los países hay acceso público en condiciones dignas a las universidades, escuelas, hospitales, centros de cuidado infantil, instituciones que defienden los derechos humanos, entes de investigación profesionalizados en donde la impunidad no cabe, es entonces que podemos decir que tenemos democracia.
3. El presidente de la Republica junto a los congresistas del partido de gobierno, quieren imponer un rango constitucional a una Policía Militar que ha venido siendo denunciada por múltiples atropellos contra la poblaciones, como ser: El grave delito de violencia sexual en contra de una joven en el mes de noviembre en la ciudad de San Pedro Sula, donde 8 miembros de ese grupo la atacaron y ultrajaron; la muerte del joven de 15 años Ebed Jasiel Yañez Cáceres en donde sólo uno de los hechores salió castigado; en los barrios y colonias cuando estos hacen sus recorridos, las mujeres denuncias que son acosadas sexualmente por miembros de la Policía y que en vez de sentirse seguras se sienten amedrentadas y con mucho temor.
4. Desde nosotras que somos los saldos de esas guerras instaladas por esas fuerzas militares, rechazamos contundentemente y repudiamos la intención del gobierno de elevar a rango constitucional la Policía Militar y más bien, para nuestra seguridad y la creación de un clima de justicia y paz, exigimos que desaparezca y se cree una verdadera policía comunitaria respetuosa de los derechos de las mujeres y de la población, que se fortalezcan los entes de investigación en el país focalizado en resolver los crímenes contra las mujeres y prevenir la violencia que enfrentamos a diario.
Tegucigalpa 22 de enero 2015
¡NUESTRO CUERPO NO ES UN CAMPO DE BATALLA,
PAREMOS LA MILITARIZACIÓN
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